sábado, 19 de junio de 2010

Richard Rogers + Arquitectos. Proyectos actuales. CaixaForum Madrid


La maqueta arquitectónica se constituye en la principal herramienta de visualización proyectual y ambiental, porque implica el trabajo constructivo real en tres dimensiones en el cual está necesariamente contenida la noción de atmósfera, la cual se va haciendo aparecer de una manera similar a como se hace en la realidad. A diferencia de las llamadas maquetas electrónicas, o herramientas que provee el computador y los CAD (computer assisted design), el trabajo con las maquetas posibilita un acercamiento al hecho constructivo, no sólo desde el punto de vista estructural y compositivo, sino también administrativo -estableciendo de antemano una analogía con una obra de construcción- pues en la realización de una maqueta hay que hacer compras de materiales, sacar cantidades de obra, programar, trabajar por etapas, pero con la ventaja de que el trabajo puede ser rehecho varias veces y las maquetas pueden ser sometidas a cirugías.

Sin pretender desvirtuar la gran utilidad que los CAD posibilitan para el proceso de diseño y construcción de la arquitectura, se podría afirmar que miniaturas como las maquetas, las cuales se ven afectadas por cambios lumínicos y climáticos, si se quiere, no deben perder fuerza frente al trabajo asistido por computadores, y mucho menos verse desplazadas por dicha herramienta tecnológica. Una de las habilidades que diferenciará en el futuro a un arquitecto de un técnico en sistemas, será su capacidad de diseñar y construir prototipos a escala, la posibilidad de habitar en estas miniaturas tridimensionales, de literalmente abrir espacios. Es posible que tanto el dibujo como la maqueta se constituyan en medios no solo de expresión y representación de diseño, sino además en un medio para pensar la arquitectura, y sea en el futuro, una herramienta condenada a la obsolescencia, porque su finalidad es la precisión, la misma que puede ser mejorada, y más rápidamente, con el computador. Pero la finalidad de las maquetas no es tanto la precisión, como el ser un medio expresivo espacial: más que la expresión abstracta de una idea, es el objeto más cercano a la concreción de un trabajo de arquitectura, aunque la información e instrucciones para construir, esté en los planos constructivos. La maqueta se acerca más a los dibujos ambientales o bocetos a mano alzada, que a los planos rigurosos.